Mira el mar, míralo morena. Mira el mar despacio.
Caminando hacia tu puerta, con la mirada yerta.
Mira el mar, morena.
Míralo tú, con la mirada perdida, por la noche y sus estrellas.
Siente el viento, su caminar esbelto.
Que susurra, que se mueve, que asusta, que es breve.
En una noche de levante, que levanta a las más bellas.
Míralo, perdido, con las olas enlazadas en la espuma que se quiebra.
Pero es de noche, hace frío, tengo miedo.
No lo tengas, aquí me tienes. No hay puertas. Entregado a quererte, a caminar
entre dos brazos.
Que me digas lo que quieras, y que el miedo se vaya lejos, asustado. Y tu a mi lado, princesa.
Mira el mar, con su destreza.