Según la leyenda familiar, el abuelo de Ferguson salió a pie de Minsk, su ciudad natal, con cien rublos cosidos en el forro de la chaqueta, y pasando por Varsovia y Berlín viajó en dirección oeste hasta Hamburgo, donde sacó billete en un buque llamado The Empress of China, que cruzó el Atlántico entre agitadas tormentas invernales y entró en el puerto de Nueva York el primer día del siglo XX.
Ni rápido, ni despacio
Sólo lento
Ni respiro, ni suspiro
Sólo aliento
Ni remo, ni mar
Sólo viento
Ni mañana, ni noche
Sólo tiempo.
-¿Sabes?, será agradable. Yo también miraré las estrellas. Todas las estrellas serán pozos con una roldana enmohecida. Todas las estrellas me darán de beber...
Yo callaba.
Primero los colores.
Luego los humanos
Así es como acostumbro a ver las cosas.
O, al menos, así intento verlas.
Markus Zusak
En la naturaleza no era el orden natural sino el desorden lo que admiraba: el caos profundo de una noche estrellada o la frondosidad impenetrable del bosque.
Miguel Delibes
Y es que cuando la estatua de la Libertad cierra los ojos, les pasa a los niños sin sueño de Brooklyn la antorcha de su vigilia. Pero esto no lo sabe nadie, es un secreto.
Carmen Martín Gaite
La gravilla del camino de entrada producía un extraño rumor bajo las gomas de la furgoneta. Pequeñas piedras saltaban disparadas contra la carrocería.
Pero Anastasio no las oía. Oía tan sólo sus voces interiores y el latir gozoso y apresurado de su corazón.
Torcuato Luca de Tena