El hombre se había detenido a observar la escena. Su expresión era de fastidio. Sus acompañantes, una niña de corta edad y un joven adolescente, reflejaban unas miradas incredulas y sonrientes.
Ante ellos un hombre enmascarado se alzaba sobre un coche totalmente destrozado. El hombre al que acompañaban sus hijos, había enmudecido al ver que aquel era su coche. Los niños sonreían de oreja a oreja. El enmascarado era su héroe preferido.
_Puedo, puedo explicarlo ... _ dijo el de la máscara. Se mostraba cohibido.
_No hace falta _ le interrumpió el propietario del vehículo _ Ya veo que ha utilizado mi Mercedes para chafar un tipo.
_¡Es un peligroso delincuente!_ se defendió el superheroe.
_Ok, me alegro por usted. ¿Me avisa un taxi?